Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta. - Aristóteles

sábado, 6 de marzo de 2010

Mi otra yo

Irene G. (12 años)
Ejercicio de escritura inspirado en arte
Las dos Fridas - F.Kahlo
Personajes: Yo, protagonista. Otra Yo, antagonista

Nunca olvidaré aquel día… en el que conocí a mi otra yo. Algunas personas dicen que estoy loca, pero yo sé que fue real. Estaba en mi cuarto, como siempre, cosiendo. De vez en cuando me miraba a mi misma en el espejo y sentía algo raro, como si alguien me estuviera observando. Seguí cosiendo, diciéndome a mi misma que no era nada. Luego, cuando terminé de coser, fui al espejo por última vez. No podía creerlo. La que estaba en el espejo no era yo, aunque se parecía a mí. Tenía un vestido diferente, y podía ver como me fulminaba con su mirada. Miré asombrada más cerca, cuando ella de un tirón me haló hacía el espejo.

Estábamos en un jardín como en mi casa, pero seco y sin vida. El paisaje era deprimente. No habían pájaros que alegraran el día o pequeñas y hermosas mariposas que revolotearan alrededor de las bellas orquídeas blancas como la nieve. Luego, ví que aquella mujer que me haló hacia este mundo, se alejaba.  Estaba entrando a su casa. La seguí con curiosidad para ver a dónde iba. Cuando entré en su casa observe lo que acontecía a mí alrededor: todos los bellos muebles de la casa habían sido reemplazados por sillones hechos trizas, a diferencia de mi casa, ésta estaba hecha un asco y no había nadie, solo éramos ella y yo. Ella subió las escaleras sin ningún ruido, yo la seguí. Luego terminamos en un cuarto, exactamente igual al mío, sólo que no lo era. Ella se sentó en su silla mecedora, y empezó a tejer y de vez en cuando se miraba al espejo. También quería verme en él, lo raro es que no veía nada. Ella me miró y me dijo:”La vida es como una balanza. Si tú no vives, yo no vivo, y viceversa. Yo soy tu reflejo y tu el mío. Este es un mundo paralelo al tuyo, pero sigue siendo igual si tú lo miras de cerca. Yo soy lo contrario a ti, pero seguimos siendo iguales, porque nuestro corazón es uno y una no puede vivir sin la otra.” La miré sorprendida.

Cuando iba a preguntarle porque me había dicho eso, aparecí otra vez en mi cuarto. Éste era mi mundo. Y agradecí que no fuera como el de ella. Luego eche un vistazo al espejo y me ví a mi misma y comprendí lo que me había dicho y fue una dura verdad: mi mundo era igual al suyo, sólo que escondía todo lo malo que tenía bajo un manto de falsa felicidad. Yo terminaría sola como ella; mis muebles, mi casa y mi jardín quedarían igual que los suyos. Pero nos tendríamos la una a la otra, compartiendo los mismos latidos del corazón.

2 comentarios:

  1. Irene, ¡excelente desarrollo del ejercicio!

    Una historia muy interesante, que lograste capturar al mirar una de las obras más importantes de esta artista mexicana. Me gusta el juego del desdoble del personaje y el impacto del regreso a la realidad. Se siente la opresión del otro lado y el mensaje es claro.

    ¡Te felicito, lo hiciste muy bien!

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  2. Irene: me parece que tu redaccion es impecable, lograstes que realmente me trasladase al escenario que relatabas, no te puedo decir es terminos tecnicos lo bien lo que hicistes, pero como lector realmente me encanto, sigue cultivandote, pienso que escuharemos mucho de ti en el futuro.
    Felicidades¡¡¡¡
    Tania L

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