Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta. - Aristóteles

lunes, 8 de noviembre de 2010

Describiendo espacios: Viaje a un lugar imaginario

Empecé el ejercicio diciéndoles "hoy nos vamos a convertir en J.K.Rowling", "¿quién?", "J.K.Rowling, la autora de Harry Potter", "aaaaah".  Este es un ejercicio de redacción creativa que siempre me da buenos resultados, pero nunca lo había probado con una clase de 30 chicos (¡de 13 años!) y estaba insegura de realizarlo porque se necesita de mucha concentración por parte de ellos.  Ya habíamos hecho un trabajo previo ilustrando uno de los espacios de un cuento de Octavio Paz, ahora ellos tenían que describir su propio espacio.  Para esto los chicos tienen que cerrar los ojos y estar dispuestos a entrar en un lugar imaginario y fantástico de la mano de un narrador.

Con las cabezas en los pupitres y los ojos cerrados, los chicos volaron a playas, bosques, montañas, al más allá, la oficina y algunos cuantos nunca sabremos a dónde fueron a parar esos cinco minutos.  Todos hicieron un estupendo trabajo de creatividad y no hubo un sólo ganador, pero debo destacar la originalidad de los trabajos de "El Negro", Javiera, Ashley, Daniela y Denisse y a la vez la sintaxis, puntuación y ortografía de los mismos.  Mucho sentimiento en el trabajo de María José que conmovió a más de uno, Gaby y su amigo mono, "Mi pluma lo mató" por su consistente brevedad, el sueño de la reflexión de Arianna, la fantasía de Carlos y mención especial a Ma. Carolina que utilizó varios personajes y diálogos.

¡Felicitaciones a todos!  Era una tarea difícil y lograron captar el ejercicio.  Son un grupo de chicos muy creativos ¡éxitos!

El Negro escribió:

Noticias: Hoy murió el famoso empresario Juan Díaz de un paro cardíaco en su casa.

Desperté aquel día, cansado del trabajo y de problemas.  Llegué a la cocina, el sol pegaba en las cortinas de seda blanca y decoradas.  Estaba muy cansado, así que solo me molesté en abrir la refrigeradora y sacar leche.  Luego me hice un sánduche.  Lo comí y regresé a mi cuarto.  No pude dormir ya que el sol reflejaba en mi cara con tanta constancia que no podía ni ver.

Las autoridades de mi trabajo no me llamaron para preguntar por qué falté, así que me extrañé y decidí ir a trabajar.

Cuando iba a salir sentí una sensación muy extraña en todo mi cuerpo, de hecho, tan extraña que pensé que  estaba muerto.  Salí y creí que estaba ciego ya que veía a la gente distorsionada y eran escasas las personas.  También me extrañé y decidí comprar un periódico para ver si podía leer y vi la siguiente noticia:

"A las 7:30, murió el famoso empresario Juan Díaz de un paro cardíaco en su casa".

Lo leí.  Me sorprendí, pues yo estaba muerto.


Javiera escribió:
(fragmento)

Caminaba lentamente por el puerto.  El olor salado del mar llenaba mis pulmones y penetraba profundamente en ellos.  Era una tarde nublada y fría; los pescadores descansaban en sus casas y la única luz visible era la del faro.  El silbido del viento sonaba armoniosamente con el choque del mar en las rocas, el silencio de la noche se acercaba rápidamente.

De pronto, a lo lejos observé un brillo en medio de unas plantas.  Pensé que era mi imaginación, un efecto de la niebla.  La curiosidad se apoderó de mi y me acerqué.  Encontré un par de alas esplendorosas y radiantes como las de un águila.  No había nadie alrededor.  Me puse las alas en la espalda y volé.  La sensación fue incomparable, indescriptible, inimaginable.  Me encontré suspendida en el aire, metros sobre la tierra, sobre el mar.  Volaba junto a las gaviotas(...)


Ashley escribió:
(fragmento)

Estaba todo oscuro, la luna y su luz eran lo único que estaba conmigo.  Al final de la calle, en el piso había algo brillante, dorado.  Me llamó la atención mientras me acercaba, sentí miedo.  Mis pies tocaban el piso frío de esta solitaria calle, eran dos grandes, largas y hermosas alas.  Quise saber que sentiría estar en el aire y volar como alguien libre (...)

Empecé a levantarme poco a poco, mi largo vestido blanco se sentía como la seda cuando estaba en el aire.  seguí subiendo... quería llegar a la luna. (...)


Denisse escribió:
(fragmento)

(...) Llegué a una enorme catarata con el agua más pura que he visto.  A lo lejos observo un búho dorado con la cara blanca.  Era raro.  Sus alas brillaban como el sol y su cara se parecía a la de una persona.  El ave cayó y  lo fui a ver.  Cuando lo toqué se convirtió en una persona y yo me convertí en el búho. (...)

Daniela escribió:
(fragmento)

(...) Dejé las alas en el piso y entré en un lugar donde todo era blanco y habían muchas personas hermosas con las mismas alas que yo.  Después de recorre todo el lugar, encontré a un señor más grande que todos los que estaban ahí y me dijo que yo había muerto.

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